martes, 4 de noviembre de 2008

MONUMENTOS HISTÓRICOS DE EXTREMADURA

El extenso patrimonio artístico que Extremadura conserva, refleja la gran variedad de pueblos y culturas que desde épocas prehistóricas han habitado estas tierras. Pero fue, sin lugar a dudas, la civilización romana la que mayor número de monumentos nos legó, villas, calzadas, y obras hidráulicas, dan fe de la importancia que tuvieron estas tierras durante la romanización de España. Entre los testimonios más importantes de época romana, destacan las ruinas de la antigua ciudad romana de Regina, cuyos restos se conservan en las proximidades de Casas de Reina, y de las que destaca el magnífico Teatro Romano. En cuanto a restos arqueológicos de época romana, se refiere, Mérida, conocida durante siglos con el nombre de Emérita Augusta, posee un Conjunto Arqueológico de los mejores conservados de Europa, hecho por el que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El monumento más emblemático de Mérida y el más visitado es, su Teatro romano, construido en el año 16 a.C, con una capacidad de 6.000 espectadores, y cuyo recinto acoge anualmente el Festival de Teatro Clásico.

Desde Plasencia, tomando la antigua Vía de la Plata, concretamente en las proximidades de Oliva de Plasencia, encontramos el Arco de Cáparra, interesantes restos arqueológicos pertenecientes a la que fuera ciudad romana de Cáparra.
Un monumento representativo de las grandes obras hidráulicas que construyeron los romanos es, sin duda, el majestuoso Puente Romano de Alcántara, que fue construído sobre el río Tajo, para salvar una distancia de casi 200 metros de longitud. Data del siglo II d.C y su arquitecto fue Cayo Julio Lacer.

La presencia de los árabes se dejó sentir en tierras extremeñas, y prueba de ello son las importantes muestras histórico-artísticas que podemos visitar en numerosas localidades de nuestra región, siendo la más representativa, la Alcazaba de Badajoz, una de las mejor conservadas y más grandes de Extremadura. De especial relevancia arquitectónica son sus puertas y torres, entre las que destacan la del Capitel y la popularmente conocida como de Espantaperros. Para completar su visita cultural a la ciudad pacense podrá admirar otros interesantes monumentos como son, la Catedral, con aspecto de fortaleza, sus puentes, murallas, iglesias y conventos.

En la provincia de Cáceres, no debemos olvidar visitar tres relevantes ciudades, como son: Cáceres, Guadalupe y Trujillo. La ciudad de Cáceres conquistará el corazón de todo aquel que pasee por su bien conservado casco antiguo, Conjunto Monumental declarado Patrimonio de la Humanidad en 1.986. Este maravilloso conjunto, donde predominan palacios y casas señoriales, la mayoría del siglo XVI, además de conventos, iglesias, e incluso, donde todavía se pueden admirar algunos restos de la muralla del siglo III y IV a.C, sobre la que se levantó, posteriormente, la muralla almohade.

A unos 60 Km. de Cáceres se sitúa en lo alto de una loma la ciudad de Trujillo, cuna del conquistador Francisco Pizarro, cuya figura ecuestre preside la monumental Plaza Mayor. Esta ciudad, una de las más bellas de Extremadura, tiene el orgullo de poseer edificaciones de enorme interés histórico-artístico, prueba de ello son las numerosas casas señoriales del siglo XVI, iglesias, como la de San Martín, la de Santa María la Mayor, el castillo situado en la parte más elevada de la ciudad, de los siglos X y XI y sus murallas musulmanas.

En pleno corazón de las Villuercas, se encuentra el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo cristiano. Declarado Monumento Nacional Histórico y Artístico en 1.879 y Patrimonio de la Humanidad en 1.993, reúne en él, no sólo un impresionante conjunto arquitectónico, donde se han ido acumulando a lo largo del tiempo una gran diversidad de estilos artísticos (gótico y mudéjar, con influencias renacentistas y barrocas), sino también como museo en cuyo interior se localizan tesoros de incalculable valor. La Puebla de Guadalupe, localidad que acoge al Real Monasterio, merece una detenida visita para admirar su arquitectura popular de reminiscencias judaicas.

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